Los típicos problemas de plomería en nuestro hogar y cómo solucionarlos

Cuando hablamos de esos problemas recurrentes en el hogar no pueden faltar los relacionados a la plomería, un complejo sistema imposible de descuidar y que muchas veces podemos solucionarlo nosotros mismos, sin tener la experiencia de un plomero profesional.

Para esto es necesario realizar un plan de mantenimiento, pero como en realidad casi nadie lo hace terminamos por reaccionar solo cuando ya es demasiado tarde y complicado para actuar por nuestra cuenta y, ahora sí, es cuando nos toca recurrir a los servicios de un experto.

Desde Alfa Inmobiliaria te compartimos algunos tips al respecto:  

Primero debemos programar una verificación periódica para asegurarnos de que todo funcione según lo previsto, en casas y departamentos ya con cierta antigüedad, una vez al mes es lo adecuado, así, si son necesarias pequeñas reparaciones y queremos ahorrarnos dinero podemos hacerlas nosotros mismos.

Aunque en ocasiones la falta de herramienta adecuada o nuestra indisposición (Ahora que hay un tutorial para casi cualquier trabajo por YouTube) no nos dejan otra opción más que recurrir a un plomero de confianza.

Algunos de los problemas de plomería más comunes son:

Los grifos que gotean o fallan.

Debemos evitar que nuestro dinero se vaya por el desagüe. Además del hecho de que un grifo que gotea puede llevarnos al borde de la locura, también este incrementa la factura del agua.

Este es, por mucho, uno de los problemas de plomería más comunes.

La buena noticia es que la mayoría de las veces, este tipo de reparación se puede realizar sin llamar a un plomero profesional. De hecho, es uno de los típicos proyectos “hágalo usted mismo”.

Probablemente el goteo se deba a una arandela rígida, rota o desprendida que deja pasar un pequeño flujo de agua para crear ese goteo molesto, y este, como la mayoría de los problemas, puede empeorar con el tiempo si no se enfrenta de manera oportuna. Si la fuga ha durado lo suficiente, otras partes pueden desgastarse o corroerse.

Presión de agua baja.

Si alguna vez se ha reducido la presión del agua y no estamos obteniendo la cantidad y presión de agua que deseamos de nuestras tuberías, esto podría ser un problema pequeño, pero también algo mucho más complejo.

Una causa común de baja presión de agua es la acumulación de depósitos o sedimentos, ya que el agua que pasa por las tuberías transporta materiales disueltos que pueden adherirse a las superficies metálicas, un remedio casero para esta situación, al menos para la regadera, es colocar una bolsa de plástico llena de vinagre sobre esta durante la noche y ver si eso elimina la acumulación del llamado salitre.

Si la presión del agua sigue baja después de intentar esto podría tratarse de un problema más complejo, como una fuga en las tuberías. Si este es el caso, los cimientos de nuestro hogar podrían dañarse y la cuenta del agua aumentar de manera drástica así que es hora de llamar a un profesional.

Inodoros ruidosos y sin poder de descarga.

Si nuestro inodoro no deja de trabajar después de la descarga es momento de reemplazar los herrajes del tanque, tarea que quizá podamos hacerla por nuestra cuenta con un kit de reparación.

También podría ser la acumulación de sedimentos o problemas con las tuberías que conducen al inodoro, estas pueden provocar que la descarga sea ineficiente, problema común en zonas con agua “pesada” o con alta concentración de sales y que un mantenimiento con distintas soluciones, como la del ácido clorhídrico, se pueden resolver.

Tubería con fugas.

Las fugas molestas pueden variar desde un inconveniente menor hasta una molestia costosa, por lo que es mejor estar al tanto de este tipo de problemas durante las verificaciones de mantenimiento mensuales.

Las fugas suelen ocurrir en las juntas, que se pueden reparar temporalmente mediante el uso de rellenos para juntas.

Drenajes obstruidos

Si el agua se está drenando lentamente en tus lavabos, bañeras o inodoros, o no en absoluto, querrás abordar esto tan pronto como puedas.

Puedes hacerlo utilizando un desatascador o comprando un limpiador de desagües o un eliminador de obstrucciones, sin embargo, no es recomendable usar estos productos demasiado tiempo, ya que pueden dañar las tuberías.

Si el problema es recurrente, es hora de llamar a un profesional. Una vez que se haya eliminado la obstrucción, es conveniente instalar una rejilla de drenaje nueva para evitar problemas en el futuro.

Ahora, te estarás preguntando y, ¿Cómo detectar fugas de agua? 

A través del medidor de agua, es lo más sencillo para confirmar la presencia de fugas de agua. Lo primero que tienes que hacer es ubica tu medidor, antes de observarlo necesitas cerrar todas las llaves y asegurarte de que no se está utilizando el agua en tu hogar.

Una vez que te cercioraste de ello, fíjate en la aguja del medidor, si se está moviendo es que el agua se está saliendo por alguna parte de la tubería, si apenas se mueve quiere decir que la fuga de agua es muy pequeña.

Ante esta situación, lo mejor que puedes hacer es esperar entre 1 y 2 horas para revisar si hubo algún cambio en los números que se muestran en el medidor, en este periodo sigue sin utilizar el agua, si la aguja sigue moviéndose, es momento de recurrir a los servicios de un experto.

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